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Que tus hijos sean buenas personas es el verdadero éxito en la vida

 


Que tus hijos sean buenas personas es el verdadero éxito en la vida

El planeta necesita más personas que tengan un corazón recto y una mente que ayude crear soluciones que ayuden a todos; tus hijos –o sobrinos- pueden ayudar a conseguirlo, sólo necesitan tu guía para que aprendan a actuar de manera recta

Hay que cambiar el concepto de educar niños “exitosos”, por el de “criar niños felices”, para que esa alegría y felicidad genere un adulto de calidad el día de mañana. Y sí, no es nada fácil porque los niños son como una pequeña planta que tardará mucho en crecer y necesitará nutrientes como la paciencia, perseverancia, dedicación y la confianza. Valdrá toda la pena cuando veas que actúan con todo el potencial posible.

El mundo necesita personas que tengan un corazón capaz de conseguir que todo funcione mejor. Tus hijos pueden conseguirlo, necesitan tu guía diaria para que aprendan a actuar de la manera correcta y que tengan su vida bajo control.

Tener una relación afectuosa y amorosa con los niños
Predicar con el ejemplo
Compartir y ser empático
Aprender a reconocer sus errores
Delegar responsabilidades

Esto hará que ellos también traten de la misma manera a los demás, así como a cuidarlos y respetarlos.

Sé paciente, atento, ten una actitud cálida y brinda muchos, muchos abrazos. Apreciar la singularidad de tu hijo y ofrecerle amor le brinda seguridad. Un niño que se siente amado y valorado es un niño que se siente comprendido, reconocido y respetado.


Jamás hay que olvidar que los niños aprenden de nuestras actitudes y acciones, por lo que si ven que somos amables y nos preocupamos por los demás, ellos lo adoptarán de forma automática.

Una de las mejores cosas que puedes hacer para motivar niños exitosos y felices es atender tu propia felicidad. Aunque no podemos controlar la felicidad de nuestros hijos toda la vida, somos responsables por la nuestra.

Es una de las claves para que entiendan a los demás; es enseñar a que los otros sean visibles. Busca mostrarle a tu hijo cuando alguien la esté pasando mal y preguntar que tendrá y cómo lo podrían ayudar.

La empatía es una cualidad que se puede enseñar, de hecho, es una cualidad que debe ser enseñada, por los padres, familia y educadores de un niño. Es un talento que los niños pueden cultivar y mejorar con el tiempo.

Cuando los enseñamos a hacerse responsables de sus acciones y aprender de sus errores, será más fácil que lo tomen como un aprendizaje para ser mejor cada día. El primer paso es mostrar, reconocer y perdonar también los nuestros.

Se puede empezar con pequeñas actividades como tender su cama, limpiar alguna parte de la casa o poner la mesa, la idea es que se haga responsable de que esas cosas pasen partiendo de la idea de la familia como equipo.

La tendencia a facilitar cada vez más la vida a los niños, hasta el punto de excusarlos de cualquier responsabilidad y obligación, es muy dañina.

Es bueno alentar a hacer algo para mejorar las cosas, pero no se debe compensar esa acción, porque de lo contrario esperarán todo el tiempo ser recompensado en vez de que cuidar a los otros los motive.

Ahora que ya lo sabes, puedes compartir esta información para inspirar a otros

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