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Se trata de una pregunta bastante popular e inquietante. Veamos qué dicen los expertos.

 

Se trata de una pregunta bastante popular e inquietante. Veamos qué dicen los expertos.

Es posible amar a dos personas a la vez? Todos nos hemos hecho esta pregunta en alguna ocasión. También la ciencia se lo ha planteado, y la respuesta, basada en la investigación clínica y social no puede ser más interesante. Sin embargo, desde un punto de vista moral, como ya sabemos, esta idea siempre ha sido cuestionada y duramente sancionada
La mayoría conocemos algún caso o hemos oído hablar de él. Personas que viven junto a su respectiva pareja a lo largo de muchos años y a su vez, mantienen otra relación paralela (estable). Son perfiles capaces de mantener en secreto o de forma abierta un vínculo a tres. Lazos donde el poliamor desafía a veces esa visión de la monogamia tradicional.
Ahora bien, no queremos entrar aquí en la aceptación o no de estos modelos relacionales. No queremos profundizar en el dilema de si es ético o no, de si es aceptable estar con alguien mientras se engaña a un tercero o si debemos habituarnos ya a ver relaciones conformadas por más de dos personas. Lo que pretendemos a continuación es entender si es posible que en nuestro corazón, quepan más de dos personas. Si ese amor es real, auténtico y tan profundo como cuando amamos a uno solo.
El gran conflicto de amar a dos personas a la vez
En realidad, son muchos los casos que llegan a las consultas de los terapeutas sobrepasados por esta misma situación: “quiero a dos personas a la vez y no sé que hacer”. Estos pacientes declaran de forma abierta que sí, que están verdaderamente enamoradas, que sienten las mismas vivencias afectivas, la misma emoción en el estómago, el mismo deseo sexual… Aunque eso sí, sufren los efectos del conflicto.
La atracción en el ser humano es una experiencia muy compleja. Sin embargo, desde un punto de vista social y cultural hemos sido educados en la idea de que el amor verdadero está basado en la monogamia. Esta idea es real en gran parte de nosotros. Sin embargo, hay quien concibe la idea del poliamor, ahí donde no solo existe una atracción sexual. También son capaces de conformar un vínculo afectivo auténtico con dos personas al mismo tiempo.
No obstante, en gran parte de los casos estas situaciones se viven con una gran confusión. En el momento en que nos alejamos de nuestras concepciones tradicionales (amor=monogamia) experimentamos sufrimiento.
Asimismo, y no menos importante, existe la dificultad de sostener esa relación a tres. No siempre existe un acuerdo tácito por el cual todos los miembros acepten mantener ese vínculo múltiple. Amar a dos personas a la vez y tener una proyección de futuro estable no siempre es fácil.
La bioquímica de amor en las relaciones múltiples
Cuando alguien manifiesta amar dos personas a la vez, es muy probable que lo que esté ocurriendo realmente es que ame a una y esté enamorado de otra. Es decir, una nos ofrece pasión y novedad, mientras que la otra nos proporciona compromiso y seguridad. Para entenderlo mejor, recordemos durante un momento la fascinante bioquímica del amor.
El enamoramiento es una etapa previa al amor y se caracteriza por un estado emocional muy intenso e idealización de la otra persona. Allí, las emociones están gobernadas por la dopamina y la adrenalina. Auténticas drogas del cerebro que nos mantienen en un estado de semieuforia y que da forma al amor romántico y apasionado.
Posteriormente, cuando conocemos a profundidad a la otra persona y el vínculo se hace más sólido, es cuando aparece el amor. En esta fase, se aceptan los defectos y las virtudes de la pareja, y se busca su bien por encima de todo. Allí, la protagonista es la oxitocina, una hormona que permite el establecimiento del apego.
Un profundo conflicto porque ellos mismos asumen (condicionados a menudo por nuestra sociedad) que no es lo correcto. Asimismo, ese sufrimiento llega también por tener que mantener un engaño. Ese donde los dos amantes no son conocedores de la existencia de una tercera persona en esa relación. Así pues, la conclusión a la que podemos llegar es que sí, emocional y biológicamente es posible amar a dos personas a la vez.
Ahora bien, nuestra constitución biológica no impide que coexistan la adrenalina, la dopamina y la oxitocina. Por lo que, biológicamente, sí es posible amar a alguien y estar enamorado de otra persona.
Amar a dos personas a la vez: ¿Cómo manejarlo?
Como ya dijimos, el poliamor es cada vez más común y, si queremos practicarlo sin que ninguna de las partes salga lastimada, lo ideal es seguir las siguientes sugerencias:
Todas las partes deben estar informadas y, además, estar de acuerdo. De no ser así, estaríamos cometiendo una infidelidad, escenario donde todos salen lastimados. Asimismo, el acuerdo debe derivar de la voluntad individual; es decir, sin sentir presión por parte del otro, ni tampoco hacerlo para complacer al compañero.
Es fundamental conversar sobre el funcionamiento de la relación y los límites de ésta. No todas las relaciones poliamorosas tienen las mismas características.
Como en todo vínculo amoroso, en una relación de tres personas también existen problemas. Tales como: celos o miedo a hacer excluidos. Por tanto, es importante que se aclaren los tiempos y actividades compartidas.
Mantener siempre la comunicación y conversar todo aquello que incomoda o molesta. Al igual que un una relación monógama.
Es fundamental no plantear el poliamor como una solución a una crisis de pareja.
Acudir con un profesional (en este caso, un terapeuta de pareja) en caso de que sea necesario.

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