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EL AMOR

 

REFLEXIONES SOBRE EL AMOR:




Frase reflexiva sobre el amor para el mundo.



El amor para Platón siempre es amor a algo y es un fluctuar entre el tener y el no tener.


El amor a las cosas o a las personas singulares es un reflejo del amor a la belleza absoluta, o sea a la idea en sí de lo bello (Banquete). Postura que también retomaría Freud en sus estudios sobre psicoanálisis. 


 El amor verdadero es el que se genera en el propio templo interior y se sostiene como un estado general hacia la vida; se refleja en una actitud hacia sí mismo, hacia las otras personas y hacia los seres de toda la creación.


El amor es ese sentimiento que todos experimentamos, pero que pocos se atreven a definir, a encorsetar en unas pocas palabras, debido a su gran trascendencia y complejidad.


Nos impulsa, nos motiva, nos alimenta de bienestar, pero, en ocasiones, también conlleva sufrimiento, tristeza y malestar; sobre todo, cuando no es correspondido o cuando es mal entendido. El amor es tan poderoso como misterioso, pero es inevitable rendirse ante sus efectos.


En nombre del amor se han originado guerras, cometido crímenes, asumido infinidad de riesgos y construido historias dignas de admiración a lo largo del tiempo. La aventura del amor no escapa de errores, obstáculos, tiempos muertos o confusiones.


Amar es la experiencia más grande que la humanidad puede experimentar, pero la más compleja. Se trata de un arte retratado por la entrega y el trabajo constante, que tiene como sostén la bondad y la autenticidad y que en su forma más amplia y profunda nos conecta con la totalidad.



Tenemos diferentes formas de ver la realidad


La primera de las reflexiones sobre el amor puede parecer compleja, pero conlleva un poderoso mensaje:


Cada uno de nosotros construye la realidad a través de lo aprendido o educación recibida. Como bien sabemos, esto no depende de nosotros, sino de la persona encargada de nosotros, por lo que todas las personas llegan a conclusiones distintas a las de nosotros, por lo que el mundo es diverso y lleno de subjetividad, complicando así las cosas.


Kant, Piaget o Paul Watzlawick son partidarios de esta perspectiva. Esa en la que un mismo fenómeno cobra múltiples significados dependiendo del observador que esté presente, esa que nos recuerda que, de algún modo, no somos poseedores de la verdad absoluta y que la vida tiene tantos matices como personas habitan en el mundo. Esto es lo bonito y lo complicado. Bonito porque nos enriquece y complicado porque, a menudo, conlleva un ejercicio de responsabilidad, humildad y aceptación.


Ser conscientes de que el otro interpreta la situación de manera diferente es importante y, de algún modo, nos sugiere un ejercicio de empatía. Tener presente que nuestra pareja puede ofenderse con algo que para nosotros puede pasar desapercibido nos mantiene alerta. Porque, a menudo, no es tanto lo que sucede sino cómo lo experimentamos cada uno. 


Por lo tanto, no se trata tanto de convencer y exigir al otro que asuma nuestra visión sobre la vida, sino de intentar comprenderlo, de averiguar cómo percibe a través de su mirada. Porque solo cuando entendemos que cada persona puede tener una opinión diferente y que se forma sus ideas a partir de su biografía, de su historia de vida, es cuando verdaderamente seremos capaces de establecer relaciones sanas y sinceras. De lo contrario, viviremos en medio de una marea de enfrentamientos y conflictos.


“No hay una sola realidad. Existen múltiples realidades. No hay un único mundo. Sino muchos mundos y todos discurren en paralelo… Cada mundo es la creación de un individuo”.

-Paul Auster-



Es importante cuidar de uno mismo


Esta es otra de las reflexiones sobre el amor que no podemos dejar pasar. Aunque amar es un sentimiento dirigido hacia los demás, no implica que nos descuidemos. Todo lo contrario.


Como pretendemos amar si no nos amamos a nosotros mismos, debemos aprender a amarnos a nosotros mismos, haciendo introspección y pensando en lo que debemos devenir o en qué es lo que anhelamos. Solo de esa forma, aceptándote, podrás aceptar a otros.


¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? 

Mateo 7:3


Claro, Tampoco debemos ser unos necios, debemos a aceptar la realidad tal como es, porque es cierto que; aunque te aceptes y todo lo demás, podrías igual ser egoísta o caer en pretensiones hedonistas, y no queremos eso tampoco, por lo que es bueno también ser humilde y ser conscientes del mundo que nos rodea.



Gestionar las emociones construye relaciones sanas


Esto es análogo o deriva, más bien, de la introspección y aceptación de la realidad.


Si no sabemos qué nos genera tristeza o cuál es el origen de nuestro enfado, de algún modo, somos como desconocidos ante nuestros ojos. No sabemos quiénes somos y difícilmente pueden conocernos los demás. De hecho, es muy probable que desviemos hacia ellos la responsabilidad sobre cómo nos sentimos.


Lo ideal es tomar consciencia de nuestras emociones, de cómo funcionamos a nivel emocional; no solo para conocernos y aprender a gestionarlas, sino también para saber cuáles son sus efectos en nuestro día a día y hacia dónde pueden llevarnos. De esta forma, crearemos relaciones más constructivas.



No todo el mundo puede amarnos


Esta es una de las reflexiones sobre el amor que suele costar aceptar. Nadie está obligado a amarnos, a estar de acuerdo con nuestra forma de pensar o a aprobar lo que hacemos. Es ley de vida.


Es inútil pretender que otra persona nos quiera por como somos o acepte todo de nosotros. No podemos encajar ni gustar a todo el mundo.


Lo mejor es ser libres para tomar las decisiones que deseemos, para recorrer nuestro camino y que todo ello nos lleve junto a personas que sí quieran estar a nuestro lado. Ahora bien, no de forma pasiva, sino desde una actitud de trabajo y esfuerzo.



Cada relación necesita trabajo, cuidados y esfuerzo


El amor es como un jardín que hay que regar cada día, que hay que esforzarse por cuidar. Si queremos ser felices y disfrutar al lado de la otra persona, tenemos que trabajar en nuestra relación. Porque el amor no es un sentimiento pasivo, se alimenta de nuestros actos. 


De esta manera, habrá aspectos que pulir, otros que eliminar y algunos más que tratar de poner en marcha para nutrir la relación. Es inevitable. Si no prestamos atención a la relación, está se deteriorará con el paso del tiempo. Porque al igual que una planta, necesita ser regada y saneada.


Esto se explica y se dan muy buenos consejos en este articulo mío: COMO CONSTRUIR EL FUTURO DE UNA PAREJA


Recuerda que el amor es uno de los más grandes incentivos de la humanidad o, más bien, es lo que nos mueve, lo que nos incentiva a seguir luchando y siendo productivos, así que sería bueno que reflexionaras acerca de este tema y preguntarte: ¿Cómo quiero ver al mundo en unos años? o ¿Cómo estoy practicando el amor? y luego derivarás en: ¿Qué estoy haciendo para ser una parte del cambio, no importando la magnitud del mismo? Porque sí, el amor es el sentimiento que ayuda y ayudará al bienestar y al cambio, para bien, de esta sociedad.


Tú serás siempre parte de la metamorfosis. Bendiciones.



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